Sé que probablemente nadie lea esto por un largo tiempo, debido a que dudo que alguien tenga idea que soy dueña de un blog, probablemente ni siquiera yo lo asimilo todavía ya que nunca me había disciplinado a tener una vida de bloguera o como ustedes le quieran llamar, tal vez éste sea un buen comienzo, tal vez.
Mi nombre es Catalina, tal vez piensen que mi vida es muy parecida a una típica novela del 2010 escrita por una fan aficionada de algún cantante pop, pero mi vida ha dado varios giros bizarros en el curso de estos últimos tres años. Nacida y criada en un pequeño pueblo al sur de Chile, donde la concentración del humo proveniente de las chimeneas no te deja respirar con seguridad, pensaba que la vida era tan fácil como nacer, vivir en el mismo pueblo por toda tu vida, y luego morir. A los 14 años, seguidos de problemas tanto personales como familiares, mi padre decidió venir a hacer un internado de estudios para graduados (frecuentemente llamado doctorado) al norte de Estados Unidos, a otra pequeña ciudad también contaminada por el exceso de humo, sólo que no tan encantadora como mi cuna al sur de Chile. Con mi mamá no tuvimos otra opción que venirnos con él para mantener a lo más importante, nuestra familia, junta.
En un mes y medio se cumplen tres años desde el día que llegamos con mis papás, y para ser honesta, ha sido completamente lo opuesto de lo que yo imaginé como una adolescente de 14 años con la mente cerrada en sus propias ilusiones. Básicamente ha sido un gran desastre, he descubierto cosas de mí que nunca pensé que descubriría, desde mis lados más oscuros hasta mis risas más fuertes.
Ha sido un poco difícil, pero aún así en mis días más tristes trato de ver el sol entre las nubes, y se que de alguna manera, algún día, en algún lugar, con alguien, voy a estar contenta.
Esto acá será mi historia.
